
“… y el Principito le dijo al hombre:
los adultos nunca entienden
nada por ellos mismos,
y es algo cansador para los chicos
y es algo cansador para los chicos
andar siempre explicándole las cosas a ellos..."
(Antoine de Saint – Exupéry)
Me hipnotizó su mirada. Durante unos minutos me perdí dentro de él buscando su historia, intentando dilucidar las sensaciones tan recientemente vividas, ahogandome en su dolor. Con onze años sus ojos ya han perdido la inocencia, su sonrisa acontece forzada y refleja un horrible miedo cuando prueba a mediar palabra.
Llegó desde Senegal, embarcado en una patera. Perdió a su madre al llegar a las costas Canarias y le han traido aquí. Sé que mi hermano, que comparte su edad, siente una tremenda responsabilidad i compasión por el chico, lo cual me enorgullece. Su sensibilidad le hizo, tras conocerle al llegar a su clase, percibir la enorme diferencia acentuada, y pese a su carácter infantil, reaccionó con la más sincera y admirable solidaridad.
Su acento francés es delicado, aun mantiene rasgos pueriles, pero sus faciones marcadas definen una madurez forzada. Este chico empieza una nueva vida llena de oportunidades, pero a él, como a muchisimos más niños, les roban la pureza de su niñez.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada